"Con ella se van los recuerdos de muy buenos momentos vividos en nuestra infancia"
Seguro que la mayoría de los niños y niñas no han visto nunca una película de Tarzán (de aquellas en blanco y negro); ni tampoco hayan visto u oído hablar de la mona Chita. Las personas de mi generación, cuando éramos niños sí que las vimos.
Ese chimpance conseguía hacernos reír con sus travesuras y sus andanzas por la selva en compañía de Tarzan y de Jane. Esos recuerdos pertenecen a la memoria emocional de muchas generaciones . Así que al oír la noticia de su muerte, cuando tenía 80 años de edad, no he podido evitar cierta nostalgia y muy buenos recuerdos de las películas en las que ella participó. ¡Descanse en Paz! y Gracias por los buenos momentos que pasamos viéndote en el cine Suárez
Aquí pongo un artículo del periódico que explica con más detalle su fallecimiento.
El popular chimpancé murió ayer en Florida debido a una insuficiencia renal. Tenía casi 80 años
Ahora que Hollywood empieza a ser historia, nos llega la noticia del fallecimiento de una de sus estrellas más veteranas, populares y queridas: la mona Chita. La noticia de su muerte, en Florida, a causa de una insuficiencia renal, ha trascendido desde la fundación donde residía desde hace cuarenta años (cuando se retiró con la misma dignidad y misterio que Greta Garbo) y ha dado la vuelta al mundo entre titulares de «ha muerto una estrella» o «el fin de una especie», haciendo referencia a que formaba parte de aquella gran estirpe de egregios nombres del cine hoy desaparecidos.
A su filmografía, que comenzó en las películas de Tarzán junto al gran Johnny Weissmüller («Tarzán y su compañera», «Tarzán y su hijo», «Tarzán en Nueva York»...), la mona Chita le añade una biografía intachable, desprovista de escándalos y muy alejada de esa vida licenciosa que acompañó a muchas de las estrellas de su generación. Siempre supo mantener intacta esa línea quebradiza que separaba lo profesional de lo animal, sin revelarle nunca al gran público algunos detalles de su vida a pesar de que fueron tergiversados por la opinión pública o la fama. El misterio que ha rodeado al personaje llevó, incluso, a equívocos tan chocantes como el no apearse nunca de la palabra «mona», cuando era un chimpancé macho (sin necesidad de acudir a una célebre frase de su ambiente: «Nadie es perfecto»), o la de no revelar ni su verdadero nombre, que no era Chita, sino Jitts.
Este extracto está sacado de un artículo publicado en ABC POR E. RODRÍGUEZ MARCHANTE elDía 29/12/2011
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